viernes, 27 de febrero de 2015

Movilidad Laboral en Zamora

Tradicionalmente se pensaba que los Zamoranos éramos poco dados a desplazarnos por motivos laborales, y que más bien nos gustaba ir al colegio, al instituto, estudiar trabajar y jubilarnos en esta ciudad, sin pensar en cambiar de residencia. Doy fe que en gran medida esto ha sido así, y de hecho, de mis antiguos compañeros de instituto, la inmensa mayoría estudió una de las carreras que podían hacerse en la ciudad para tratar de quedarse trabajando aquí; y si puede ser en el negocio familiar, mejor.

Esta mentalidad ha sido una de las causas que siempre limitó el desarrollo de la provincia, porque esta endogamia genera una cerrazón en lo ya conocido y un rechazo de lo nuevo. Siempre pensé que para acabar trabajando en algo desafiante, nuevo y cualificado en Zamora (si es que volver a Zamora es el objetivo) es imprescindible salir a estudiar y formarse fuera, trabajar, vivir otras experiencias, y sólo entonces decidir si quieres volver con todo el bagaje adquirido. Yo lo hice y creo que el resultado no fue malo, aunque tampoco me quiero quedar en la autocomplacencia de pensar que con más esfuerzo hubiese sido mejor... Pero la mayor parte de mis ex-compañeros no lo hicieron, y esto les limitó seriamente su futuro profesional, ya que tal vez estudiaron algo que no eligieron para trabajar en otra cosa que encontraron, sin relación con su formación

Hoy leo un artículo en "la opinión", nuestro panfleto informativo local, que habla de los zamoranos que hoy en día salen a trabajar fuera. Tampoco voy a decir que sea una situación para festejar, porque la realidad social es que la mayor parte de los que nos abandonan son personas que se ven obligadas a hacerlo contra sus deseos y por motivos económicos, lo que toda la vida llamamos EMIGRANTES, y no personas que libremente desean "ver mundo" y buscar fuera del "terruño" formación y experiencia que aquí no encuentran. No voy a repetir en esta entrada un catálogo de lo que se deja (abandono del entorno familiary  social, aspiraciones, proyectos) y de lo que se gana (amplitud de miras, nuevos estímulos, nueva gente, etc...) pero sí quiero recordar que igual de emocionante que es partir porque se desea, es frustrante marchar porque no hay un sitio para ti en tu tierra.

No obstante, creo que los actuales jóvenes, las personas que ahora tienen entre 16 y 30 años, son mucho mas dinámicos que las personas de mi generación, a las que nos costaba mucho más salir. Por contra a tantas críticas que se hacen a los jóvenes, mi opinión es que en general cada vez están mejor formados, son más dinámicos, más activos, y tienen un potencial mayor nunca; aunque también se enfrentan a una situación socio-laboral más complicada y cambiante.

Yo soy optimista, estoy seguro de que triunfarán y conseguirán sus objetivos, y que además mejorarán esta sociedad. Y si alguno desea volver, lo hará con la capacidad, los conocimientos, y la apertura de miras que proporciona haber estado fuera.

miércoles, 25 de febrero de 2015

El emprendedor, ¿nace o se hace?

Esta pregunta es recurrente cada vez que se trata el tema del emprendimiento y los factores que incitan a tomar una iniciativa emprendedora, pero no por ello vamos a dejar de tratarla en esta ocasión. Está claro que para ser un buen emprendedor se necesita un cierta dosis de Iniciativa, pero también unas Habilidades Sociales que te faciliten la relación con otras personas, tanto para incluirlas en tu proyecto como con potenciales clientes/colaboradores/suministradores. No está de más tener unos buenos Conocimientos Técnicos sobre la materia en la que vas a basar tu proyecto, y desde luego son imprescindibles algunos Conocimiento de Gestión para desarrollar adecuadamente la organización que necesitarás crear para lograrlo. Además, siempre se ha hablado de las Cualidades Personales del emprendedor, tales como capacidad de automotivación, ánimo, capacidad de riesgo, empatía, etc... que no están de más. Y nos falta una: TRABAJO. Esfuerzo, dedicación, y mucho trabajo para desarrollar nuestro proyecto.

En definitiva el emprendedor ni nace ni se hace, o las dos cosas. Algunos factores que facilitan el emprendimiento tienen un carácter marcadamente innato (aunque hay que desarrollarlas, ya se sabe que lo que no se usa se atrofia...) pero otros son simplemente adquiribles por el estudio o la experiencia. Una buena combinación de ambas nos facilitarán la tarea de emprender y desarrollar nuestro propio proyecto.

¿Y qué necesita un emprendedor para lanzarse a desarrollar su PROYECTO? Pues está claro, lo primero que precisa es Una buena idea que represente una oportunidad de negocio. Pero también hay otras razones que pueden impulsar a una persona a emprender, como es la tradición familiar, la necesidad de autoempleo. , el deseo por la independencia en el trabajo, o las ganas de prosperar.

También hay que tener en cuenta que no todos tenemos las mismas oportunidades, sino que hay que ver determinadas circunstancias que pueden facilitar o dificultar el emprendimiento, como son: El apoyo familiar e institucional (subvenciones, alquiler bajo coste, etc.), la actividad económica en la zona, actividades o servicios mal cubiertos en tu ciudad o entorno próximo, y en definitiva, la existencia de lo que se conoce como YACIMIENTOS DE EMPLEO.



Interesante leer este artículo del diario "el país" para contrastar la opinión de otras personas. ¿Cuál es la tuya?



Ver esta web donde se realiza un cuestionario acerca de la habilidad individual para emprender.