Elemento para tener en cuenta: ¿Usamos un solo e-mail para todo o mantenemos varias cuentas operativas para distintos asuntos? Esta pregunta puede tener importancia en las relaciones sociales particulares (distintas cuentas de correo para familia y amigos, o para distintos tipos de amigos, o para las compras por internet...) pero cobra especial relevancia a la hora de decidir mantener nuestra cuenta de correo particular o utilizar un e-mail profesional.
Aunque una primera idea podría consistir en utilizar distintas cuentas para fines diferentes, tenemos que valorar la inversión de tiempo que supone el mantener operativos con habitualidad varios e-mail y si estamos dispuestos a hacerla. De nada sirve tener un e-mail si no se consulta al menos diariamente; y este es un esfuerzo que al principio tal vez realicemos, pero que con el paso del tiempo tenderemos a hacer con nuestra cuenta principal pero no con todas las demás, sobre todo si la mayor parte de las veces no hay nada, o sólo spam. Otra posibilidad sería activar en las cuentas auxiliares la opción de reenvío de un mensaje a la cuenta principal, de modo que estuviésemos siempre alerta de lo que nos llega a todas las demás cuentas desde la que utilizamos diariamente.
Centrándonos ya en el tema del e-mail profesional, hay que señalar que es preferible y casi imprescindible utilizar una cuenta en la que se gestionen por separado nuestros asuntos laborales de los personales, y que consultaremos como parte de nuestro trabajo, y que ésta separación y dedicación es recomendable incluso cuando utilicemos una dirección en exclusiva para incluir en nuestros currículua dedicados a la búsqueda o mejora de empleo. En las cuentas de correo profesionales se suelen utilizar dominios corporativos que proporcionan las empresas a todos sus empleados (administración@intorcisa.es) pero si lo vamos a abrir como autónomos y utilizamos dominios generales conviene repasar la gramática de nuestro correo electrónico para no dar una mala impresión con direcciones tales como quewapapatricia@hotmail.com o ligondefuentesauco@usuarios.camelot.es. Son recomendables las denominaciones lo más objetivas posible que contengan referencia a la empresas o al nombre y/o apellidos de la persona, tipo intorcisaventas@gmail.com o carlos_martinez_86@telecom.es.
También es útil que en estas direcciones de correo profesional se incluyan opciones tales como el acuse de recibo del mensaje indicando que el mensaje se ha recibido y en breve se contestará, o el reenvío automático de un mensaje en período vacacional indicando esta circunstancia, la fecha a partir de la cual se contestará, y una comunicación distinta para motivos de urgencia. Detalles como éste dan sensación de seriedad y satisfacen a nuestros contactos profesionales, sean los que sean.
Por último, señalar que si nuestro correo profesional es corporativo, EXISTE LA POSIBILIDAD LEGAL DE QUE NUESTROS SUPERIORES CONTROLEN SU USO Y CONTENIDO, como medida de ejercicio del derecho de control del empresario sobre la actividad del empleado; por lo que los mensajes que se emitan y/o reciban no están protegidos por el derecho a la intimidad, e incluso su utilización para fines personales puede ser sancionado por la empresas si no existe autorización para tal uso.